Thyssen, Capgemini y Arias ensalzan la calidad del capital humano y quitan hierro al déficit de comunicaciones físicas.

Compañías como Thyssenkrupp, Capgemini y Mantequerías Arias, que forman parte del núcleo multinacional de la economía asturiana, tienen buenas razones para permanecer e invertir en la región, según se puso de manifiesto ayer en la jornada dedicada a la experiencia de las corporaciones transnacionales dentro del ciclo «La Asturias que funciona». Con la actualidad marcada por el anuncio de deslocalización de la estadounidense Alcoa, directivos de otras grandes empresas de capital extranjero con presencia en el Principado ensalzaron la calidad del capital humano asturiano y, aunque remarcaron que existe «margen de mejora», también quitaron hierro al posible déficit de infraestructuras físicas como impedimento para hacer negocios desde esta parte del planeta. Lo resumió así Javier Sesma, director general del centro de Innovación de Thyssenkrupp Elevator en Gijón: «En el mundo actual no hay que estar en una gran urbe para que puedan emerger personas valientes y emprendedoras que descubren nuevos nichos de mercado».

Javier Sesma participó en el tercer coloquio del ciclo «La Asturias que funciona» junto a Emilio Herranz, director de recursos de Mantequerías Arias, y Juan Luis Lara, responsable del Centro de Desarrollo de Capgemini en Langreo. Actuó como moderadora Cristina López, catedrática de Organización de Empresas. Las intervenciones fueron seguidas por numeroso público, en su mayoría estudiantes que acudieron al salón del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, organizador de las jornadas junto a la Facultad de Economía y Empresa, con el patrocinio de Liberbank y la colaboración de la Sociedad de Promoción Exterior del Principado (Asturex).

Valor para la marca Asturias. «Lo que hacemos tiene impacto tractor en el territorio, dando prestigio a la marca Asturias«, expuso Javier Sesma acerca del trabajo que Thyssenkrupp Elevator realiza desde su centro de I+D de Gijón, donde la multinacional alemana ha desarrollado nuevos pasillos rodantes (el modelo «Accel» de alta velocidad), realizado aportaciones esenciales para el nuevo ascensor sin cables («Multi») o diseñado herramientas virtuales que facilitan y ahorran costes en el mantenimiento de equipos de elevación (en colaboración con la start-up asturiana Neosentec) y en el diseño a medida de sillas salvaescaleras. Este último proyecto, ejecutado por ingenieros asturianos en colaboración con personal del coloso estadounidense Microsoft, utiliza tecnología de realidad virtual y ha permitido a Thyssenkrupp «reducir cuatro veces el tiempo de suministro» de los citados equipos salvaescalares.

«Lo que hacemos nos permite crear desde aquí propiedad intelectual y generar talento, y nos hace capaces de captar inversiones para nuestros centros industriales«, resumió Javier Sesma acerca de la apuesta de Thyssenkrukpp por Asturias, adonde llegó a principios de los años 90. Hoy tiene en la región cerca de 900 empleados y dos fábricas en Mieres.

Un millar de empleos tecnológicos. Capgemini recaló en Langreo trece años después de que Thyssenkrupp lo hiciera en la vecina comarca del Caudal. La creación del centro de desarrollo que la multinacional tecnológica de raíz francesa tiene en Asturias ha sido a menudo presentado como ícono de la transición «del carbón al ratón», una alusión a la reconversión de las comarcas mineras y a la aparición en la del Nalón de un polo de compañías dedicadas al negocio TIC. Como explicó Juan Luis Lara, responsable del citado centro, la ejecutoria de Capgemini en Langreo puede medirse así: «Comenzamos con veinte empleos en 2005 y dos años más tarde alcanzamos los trescientos; continuamos creciendo incluso a pesa de la crisis (quinientos en 2012), y el buen hacer nos ha permitido llegar cerca del millar (980 ahora)«.

La compañía, con 5.000 trabajadores en España y dedicada al diseño y mantenimiento de aplicaciones informáticas, sobre todo para grandes empresas (clientes del Ibex 35), comenzó a operar en Asturias para el mercado nacional. En años recientes, relató Juan Luis Lara, empezó a prestar también servicios internacionales desde Langreo, «para grandes clientes europeos y de Estados Unidos». Uno de esos contratos, concertado hace pocas fechas, llevará a Capgemeni a ampliar su plantilla asturiana en cincuenta personas más. «Más del 90% de los trabajadores de nuestro centro son de aquí; la media de edad es de 34 años y el 75% de ellos son titulados universitarios, aunque también nos interesan perfiles de formación profesional«.

«En el futuro las empresas que van a marcar las diferencias eran las que tengan más automatizados sus procesos», subrayó en otro momento Juan Luis Lara sobre la visión estratégica de Capgemini. Sus oportunidades de negocio ante ese futuro están en el avance de la inteligencia artificial, el internet de las cosas y la industria 4.0. «Creemos en la tecnología, pero también en que está hecha por y para las personas«, apostilló.

De tienda de mantequilla a multinacional. La francesa Capgemini, con 200.000 empleados repartidos por el mundo, nació en 1967 con siete personas que trabajaban desde un lugar cercano a los Alpes franceses. Es carácter familiar primigenio es también uno de los rasgos distintivos de Mantequerías Arias, una marca empresarial con 170 años de historia que Emilio Herranz, su responsable de recursos humanos, resumió en su ponencia, remarcando cómo los Arias, estirpe fundadora, emprendieron y expansionaron la actividad con decisiones audaces de innovación y diversificación.

«El negocio nació en una pequeña tienda de mantequilla, en Corias de Pravia, creada por Antonio Arias, una persona muy emprendedora; sus herederos, generación tras generación, siguieron emprendiendo con ese mismo espíritu», destacó Herranz, directivo de una compañía dedicada principalmente a la fabricación de queso y mantequilla y que desde 1977 forma parte de la multinacional francesa Savencia (antes Bongrain), también accionista hasta 2015 de Corporación Alimentaria Peñasanta (CAPSA). Antes del desembarco del accionista francés, Mantequerías Arias había desplegado una larga ejecutoria de crecimiento dentro de España. «En 1916 la empresa ya tenía trescientos comerciales en el país y veinte almacenes; los Arias eran unos visionarios«, relató el directivo. Hoy, Mantequerías mantiene en Vegalancia la que es la quinta mayor fábrica de la multinacional, con 20.000 empleaos en treinta países, 450 de ellos en España.

«¿Qué atrae de Asturias a multinacionales como las que ustedes representan?«, interrogó un estudiante a los ponentes en el turno de participación del público. Javier Sesma y Juan Luis Lara incidieron en la calidad del capital humano, «nuestra materia prima«, precisó el representante de Capgemini. Sesma, de Thyssenkrupp, apuntó también a la «capacidad de adaptación al cambio» que, según las experiencia de la multinacional alemana en Asturias, tienen los trabajadores de la región. Herranz, de Arias, recomendó a los jóvenes cuidar el aprendizaje de los idiomas. «Y no os dé miedo salir de Asturias con veintipocos años«, concluyó.

Ver la noticia publicada en La Nueva España (Fuente: lne.es)